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domingo, 30 de octubre de 2011

castilla profunda

Castilla Profunda.

Pues sepan vuesas mercedees ante todas cosas, que este buhonero recala ahora en tierras norteñas de castilla, donde, huyendo de la contaminación y el bullicio, me he afincado esperando encontrar paz sosiego y, aunque parezca contradictorio, nuevas aventuras.
Pues bien, me he encontrado con gentes no muy diferentes de las de las grandes urbes, con envidias, frustraciones, estulticia, y los pecados normales del español medio.
¿ Y que esperabas encontrar buhonero?. Pues os lo diré, esperaba encontrar gentes con tiempo suficiente para poder hablar, personas que, por falta de acceso a la oferta cultural que una gran urbe puede ofrecer, se afanasen en luchar por realizar actividades lúdicas, culturales, festivas, paganas y distintas.
Pues no. Y no me refiero a la gente mayor sino a los jóvenes, a los que he visto igual de abotargados que a sus ancestros. No todos, bien es cierto, pero sí la mayoría.
El ser humano no sabe valorar su bien mas preciado, el tiempo.
Es el tiempo un tesoro que se dilapida tanto mas cuanto mas abunda. Y este pecado contra la propia alma, es el mas terrible y el mas común. No sólo en castilla, en todo el mundo.
Estoy en la Castilla Profunda. Estoy en el caldero donde se gesta el devenir mundial. Si los pueblos no aprovechan el tiempo que por ser pueblos tienen en demasía, será imposible que nada cambie.
Os puedo contar que los feudales de nuestros días, nos tienen ganada la partida desde el punto y hora que impiden que en los pueblos renazca el interes por conocer y la alegría. Es labor de todos luchar contra esto, ya que hay mucha gente en las ciudades, pero hay una gran cantidad de población en los pueblos.
Y si se muere la alegría en los pueblos Cstilla caerá mas profunda y el mundo caerá mas profundo.
Viendo todo desde cerca, os digo que los nietos y los abuelos son los que únicamente pueden cambiar esto. Son los que únicamente pueden renacer la alegría, la curiosidad y el conocimiento.
Valorarlos mas y alentarlos es nuestra tarea, y hacer que los mayores cuenten a los niños lo que alguna vez fué Castilla y fué el mundo, Cuando en cada pueblo todos participaban en la construcción de tesoros artisticos y culturales.
A pesar de los feudales en aquellos tiempos se cantaba junto a la lumbre.
Hacer que los abuelos enseñen a cantar a los niños. Escuchar a Mayalde y Castilla no morirá. Y el mundo no morirá.