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lunes, 27 de diciembre de 2010

Tolerancia religiosa

Tolerancia.Bonita palabra con la que se engalanan algunas personas.

Esta madugada metí baza en un tema en internet, en el que me sentí dolido por una expresión que allí se volcaba.
La expresión en cuestión, denigraba en mi opinión a todos aquellos que no profesaran una religión bimilenaria en concreto.
Exprese mi disconformidad explicando mis razones, y lo que obtuve a cambio, fue la retirada de amistad de una tercera persona.
Francamente me desagrada en extremo que los fanáticos religiosos de determinadas creencias, se empeñen, en pleno siglo XXI, en seguir proclamando que su verdad es la única verdad, y que los demás estamos condenados a las llamas del infierno y somos dignos de compasión. En dicha Expresión se nos catalogaba de "miseria"
Me pararece que existe en esta forma de pensar, una falta de: tolerancia, respeto, evolución mental, capacidad de raciocinio, y muchas cosas mas que ocuparían demasiado espacio en este artículo.

Pero lo que mas me preocupa, es que el paso siguiente a esto, lo sufrieron algunos de nuestros ancestros en sus propias carnes en forma de chamuscamiento.

Si esas mismas religiones siguen pensando de igual forma que hace siglos, tengamos cuidado, porque sin darnos cuenta podemos estar con un pie en la hoguera.

2 comentarios:

  1. a mi también me preocupa lo del chamuscamiento, lo de que los fanáticos religiosos del pasado terminaron así, y por eso escribí lo de los testigos de jehová en uno de mis blogs, y fue un tema muy desafortunado y criticado, pero bueno es solo una opinión.

    En cuanto a los que piensan que solo hay un camino y que nosotros iremos al infierno, yo les digo, "pues si me muero y descubro que si existe el infierno, llegaré allí y les daré mi curriculum pagano, por lo menos me tendrán que dar un puesto de secretaria demoníaca", jajaja, es lo más.

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  2. Afortunadamente, maese caminante, la empresa que lidera esa religión (y sus dos hermanas) ya no tiene el poder que tenía. Puede que tenga otros tipos de poder pero no ese de hacernos las llamas de su infierno.

    El auténtico problema no radica tanto en sus fieles como en esa empresa gobernante. Sin esa jerarquía para lavarles las seseras, el rebaño se volvería más prudente, cauto y respetuoso.

    Y con esto no me refiero realmente a la cúpula de dicha empresa, cuyo crédito ha caído en picado, si no más bien a los intermediarios que aún necesitan subir peldaños para asegurar su poder y creerse impunes.

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