Yule

Yule
Hace frío.
Como todos los años por estas fechas, el frío se intensifica.
El ambiente en la ciudad es gélido, las luces brillan de una manera especial por la temperatura, y aún así, parecen mas apagadas que otros años.
Hace poco pasé por la plaza mayor.
¿Como es posible que los puestos navideños, con un aspecto tan flamante parezcan no tener sentido?
Recuerdo, siendo yo un crío, el aspecto de los puestos de antaño. Completamente distintos, fabricados con cuatro tablones, una lona, amontonadas las figuras para los belenes, el musgo amontonado...
Pero olía a musgo, no a plástico.
Quizá debería callarme esto, les puedo dar pistas, pero a los cristianos se les está escapando entre los dedos la navidad. Es un hecho constatado.
Y luego, se preguntarán por qué cada vez hay más paganos. Desde luego este no es el único motivo, pero me imagino que los niños que ven las navidades actuales, buscarán siendo adultos otra alternativas. No será de extrañar que el paganismo les acabe ofreciendo algo mas interesante.
Quizá por todo esto, este año siento Yule como algo mas vivo. Se está fraguando un retorno a lo antiguo, a lo auténtico, a la celebración de la naturaleza, aunque ellos todavía no lo saben.
Deberíamos procurar sonreir por la calle en todo momento. Que se pregunten el motivo de nuestra sonrisa.
Que comparen sus caras con las nuestras. Nosotros si tenemos una fecha para celebrar, y para nosotros si tiene sentido.
ES YULE